Galardón Tameme, máxima distinción en el sector logístico Inscríbete

Historia del TAMEME

El hombre en las distintas latitudes tuvo que adiestrar animales para que le auxiliaran en la transportación de mercancías. De tal manera, en Asia se utilizaron el camello y los bueyes, en Europa caballos, asnos y mulas, y en el sur de América se auxiliaron de la llama. En el México prehispánico no existía animal alguno capaz de utilizarse para la carga, por lo que se tuvo que emplear al hombre. Es así como surgió el TAMEME.

Miguel León Portilla describe al Tameme como "cargador entrenado desde la infancia, procedente de la clase de los Macehuales, dedicado exclusivamente al transporte de mercancías en la cultura azteca".

Los Tamemes empezaban a ejercitarse desde la infancia, transportaban en promedio 23 kilos y hacían un recorrido diario de 21 a 25 kilómetros antes de ser relevados. Con la conquista española en 1521 llegaron las primeras especies domésticas de carga, pero siguieron utilizándose a los Tamemes por la carencia de caminos. Los Tamemes eran considerados de categoría inferior en la escala social, sólo un poco superior a la de los simples soldados de su milicia.

Existían Tamemes que, ubicados en la parte exterior de los mercados o tianguis, prestaban servicios transportando las compras que en ellos se hacían; sin embargo, los Tamemes más considerados eran los que prestaban servicio en las expediciones de los mercaderes. Antes de salir cada expedición se calculaba cuidadosamente el número de Tamemes que se requerirían, tomando en cuenta el tiempo de su duración, el número de posibles bajas en el trayecto, etc. Cargaban toda la mercancía que el mercader se disponía a vender en el viaje, el que con frecuencia tenía una duración de años.

Cuando la expedición llegaba a un lugar de descanso, se les concedían especiales atenciones para el paso de la noche para que pudieran recuperar lo extenuante de sus esfuerzos, reconociendo así el valor de su labor. Cuando los Tamemes de expedición regresaban a la base, se dedicaban a descansar no actuando en los tianguis, ni mezclándose con los otros Tamemes.

Los Tamemes utilizaban en su trabajo el mecapal, que era una banda frontal ancha y gruesa de cuero con un mecate de ixtle en cada extremo que sostenía la carga a la espalda del Tameme. En algunos mecapales se utilizaban estructuras de textiles y madera.

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